martes, 1 de noviembre de 2011

El secreto de las aguas de Japón

El pasado miércoles se proyectó en el Planetario de Pamplona la película “Wild Japan”, dentro del ciclo que organiza el festival Telenatura de la Universidad de Navarra. La cinta trata de mostrar la biodiversidad existente en las aguas que rodean Japón, argumentando que ésta es la mayor del mundo, explicando los factores naturales que contribuyen a ello y haciendo un llamamiento a la conservación de su delicado equilibrio.

Precisamente por su temática, el documental tiene a su favor el hecho de estudiar un ambiente (el marino) menos conocido para el público en general, y más proclive a la espectacularidad de las imágenes. De esto se aprovechan muy bien sus creadores, mostrando algunas escenas estéticamente atractivas y otras incluso inéditas, como las grabadas en las profundidades del océano.

Se agradece especialmente su tono didáctico, tal y como se comentó en el coloquio posterior a la proyección de la película. En este sentido, ayuda sobremanera la aparición en escena de científicos realizando sus investigaciones mientras explican al público sus métodos y qué están haciendo exactamente.

Esta agradable sensación se ve confirmada, asimismo, por la combinación de imágenes reales con otras generadas por ordenador (gráficos, mapas, etc.), que ayudan al espectador a situarse y comprender mejor aquello de lo que se le está hablando, más allá de la propia belleza estética de las escenas filmadas. El único inconveniente de esta combinación son los momentos en que se convierte en mezcla indiscriminada, es decir, las escenas en que sobre una imagen real se introducen sobreimpresionados pequeños efectos informáticos que no tienen ninguna finalidad didáctica o explicativa, sino meramente artística u ornamental.

El hecho de verse en el idioma original (con subtítulos en inglés, eso sí) no restó nada al film, sino más bien al contrario: le aportó aún si cabe más realismo y más riqueza de detalles, especialmente en los momentos en que aparecía la “conductora” (una joven actriz japonesa), sobre la que recaía la tarea de asegurar la continuidad narrativa del guión.

Por último, es de destacar el matiz ecologista del documental, que revela cómo la enorme diversidad biológica del ecosistema mostrado es fruto de un delicado equilibrio, resultado a su vez de la suma de distintos factores físico-ambientales, que el hombre puede alterar y romper si no se vuelve más cuidadoso.

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